Interiorismo emocional, construir a favor de las emociones

Para nosotros, cada casa nueva es un cuaderno en blanco por escribir y con el que dejarse llevar y reinventar. Construir a favor de las emociones y sentimientos es una parte fundamental de nuestra filosofía y un valor intrínseco en nuestros retos. Por ello, basamos todos nuestros proyectos en el interiorismo emocional dando protagonismo a los cinco sentidos.

El interiorismo emocional es conocido como una fusión entre la optimización de los espacios y la decoración emocional pero, sin duda alguna, este concepto va mucho más allá. Con el objetivo de otorgar mayor bienestar y encontrar el equilibrio perfecto en el hogar, esta técnica “terapéutica” asienta sus bases en el cuidado de los detalles física y emocionalmente, siendo para nosotros un “must” a seguir en cada nuevo reto.

En primer lugar, encontramos en el olfato un punto de inflexión capaz de transmitir emociones únicas al hogar y aportar calidez al espacio. Sin duda, un factor que tenemos en cuenta en todos nuestros proyectos ya que priorizamos materiales nobles con sentimientos como el olor a protección de la madera, la dulzura de la vainilla y la nobleza del ámbar.

Por otro lado, está la vista. Un sentido imprescindible e irremplazable que condiciona el diseño del proyecto marcando el enfoque y directrices a seguir. En concreto, una casa es una obra de arte donde plasmar personalidad y sentimientos y, por ello, apostar por luz natural y colores atemporales, como el blanco, contribuye a un mayor equilibrio y paz mental.

Asimismo, en muchas ocasiones relacionamos el hogar con un género musical concreto, o incluso con un sonido. Eso es debido a la magia del oído. Las viviendas emiten ruidos constantes pero también escuchan. Por ello, poder disfrutar del sonido de la lluvia, del viento o del mar es sinónimo a desconexión y emoción.

Y, sin más dilación, aparece el tacto; el aspecto más sensual del hogar. Madera, barro, fibras naturales, sedas, algodón…Un sinfín de acabados que dan vida y forman parte de la propia evolución de la casa. Sin duda, detalles que acogen y aportan calidad al hogar gracias a sus propiedades y beneficios.

Por último, el sentido más dulce de todos; el gusto. Una sensación que llega al hogar para quedarse a causa de los nuevos hábitos en el interiorismo y el nuevo concepto de cocina abierta, que se abre al salón y recupera su lugar de centro de reunión. Para nosotros, disfrutar del placer de cocinar con los tuyos es esencial en la distribución de nuestros proyectos.

En definitiva, y en consecuencia a la situación actual, el hogar se convierte en el escenario más importante a nivel familiar y social. Por ello, transformar nuestra vivienda en un espacio que nos provoque sensaciones y emociones positivas es vital para nuestro propio bienestar. Nosotros no lo dudamos, interiorismo emocional para crear atmósferas agradables sin renunciar al confort y mejorar el estado de ánimo.